Faran y Siel comenzaron a correr por el pasillo en direccion al hangar. Con suerte encontrarian una lanzadera y podrian salir de aquel infierno con vida. Durante el camino oyeron numerosos ecos de gruñidos que parecian venir de todas partes, pero tenian que arriesgarse a seguir corriendo para llegar cuanto antes.
Por el camino Pepe advirtio un quejido. Este provenia de un camarote situado en el pasillo.
- Debemos entrar. - Dijo Faran
- Es demasiado arriesgado. - Comento el soldado.
- Pero debemos hacerlo, puede que haya algun superviviente en la nave, y no podemos dejarlo ahi...
- O puede que sea una de esas criaturas y que nos despieze lentamente.
- Debemos comprobarlo.
- Debes de estar loco si crees...
- !Debemos hacerlo! !Tal vez alguien este en peligro, y cuantos mas seamos mejor!
Por el camino Pepe advirtio un quejido. Este provenia de un camarote situado en el pasillo.
- Debemos entrar. - Dijo Faran
- Es demasiado arriesgado. - Comento el soldado.
- Pero debemos hacerlo, puede que haya algun superviviente en la nave, y no podemos dejarlo ahi...
- O puede que sea una de esas criaturas y que nos despieze lentamente.
- Debemos comprobarlo.
- Debes de estar loco si crees...
- !Debemos hacerlo! !Tal vez alguien este en peligro, y cuantos mas seamos mejor!
Tras unos instantes de reflexion el soldado accedio, pero no sin antes armarse con una gran llave inglesa que hallo en uno de los bolsillos del traje de tecnico de Faran.
Entraron sigilosamente y con cautela. Cuando Siel fue a doblar la esquina del camarote encontro a una de esas criaturas de espaldas a el, mirando un armario con satisfaccion. De este provenian unos quejidos de angustia. Siel indico a Faran la situacion. Este se armo con una tuberia (de las cuales abundaban en la nave) y entraron con sigilo para que el alien no les oyese. Era una medida desesperada, pero alguien estaba encerrado en el armario corriendo peligro. Cuando Siel estuvo lo suficientemente cerca le clavo al ser la llave en el craneo y retiro la mano rapidamente para evitar las salpicaduras del acido. La criatura comenzo a contorsionarse y a chillar de dolor y varios gritos salieron del armario. Cuando el estruendo ceso y la criatura dejo de moverse Faran advirtio que los ocupantes de tan fragil escondite podian salir. Un hombre y una mujer salieron de este. El hombre tenia pinta de cientifico. Vestia una bata blanca y portaba unas gafas grandes con cristales cóncavos. La mujer tenia aspecto de ser un alto rango de la nave, pero teniendo en cuenta que tanto Faran como Siel provenian de una nave de rescate no conocian quien era.
La mujer se presento como la segunda oficial a cargo del Redentor, el hombre al parecer era uno de los investigadores del proyecto Aelion, es decir, era uno de los creadores de esas criaturas.
El proyecto Aelion era una investigacion secreta que se les habia ido de las manos. La intencion de este era crear un ser capaz de luchar en combate o de transferir modificaciones mutagenicas utiles a humanos (como por ejemplo la alta resistencia de las criaturas o el acido que despedian como arma).
Cuando fueron a salir del camarote algo golpeo a Siel en la cabeza, dejandolo momentaneamente atontado. La criatura se habia levantado. Era muy siniestro verla en pie con la llave incrustada en la cabeza. Daba la impresion de ser invencible. La criatura lanzo un chorro de acido que alcanzo de lleno al cientifico en la cara. Este empezo a gritar de dolor y su cara empezo a corroerse mientras despedia humo, esto alertaria a los aliens.
Siel enarbolo la escopeta y disparo a bocajarro a la boca del horrendo ser (el sigilo ya no era necesario despues del grito del cientifico), el cual cayo fulminado sin emitir sonido alguno.
Cuando Faran se acerco al cientifico a este le faltaba la mayor parte de la carne de la cara, su craneo estaba ennegrecido y corroido, y lo que quedaba de su piel habia quedado en carne viva. A pesar de la falta de piel y musculos podia adivinarse la mueca de dolor que este habia puesto antes de morir abrasado.
Los tres comenzaron a correr pasillo abajo mientras Faran veia como figuras se acercaban a ellos por los pasillos laterales de forma amenazante. Nunca lo conseguirian.
La mujer (que segun ponia en su chapa se llamaba Kathia) enarbolo un rifle de pulsos y comenzo a disparar hacia las sombras que los seguian de cerca. Rayos azulados rodeados por una espiral mas clara comenzaron a salir a toda velocidad del rifle, emitiendo un ensordecedor ruido. Cuando los rayos impactaban las criaturas caian fulminadas, pero sus congeneres ni se inmutaban, y seguian a sus victimas sin llegar a alcanzarlas como si les divirtiese su sufrimiento, y sin importarles las bajas que el rifle causaba.
Pronto las criaturas acabaron con el juego y empezaeron a lanzarse violentamente contra el trio, los cuales se defendian como podian. Kathia disparaba con su rifle de pulsos, Faran usaba su pistola cortadora, que era una herramienta de tecnico, no un arma en si, aunque resultaba bastante eficaz. Al ser armas de energia no usaban municion, solo debian recargarse cada ciertos segundos. Por desgracia la escopeta de Siel si que usaba balas, y estas eran limitadas, asi que pronto tuvo que echar mano de su pequeña pistola de plasma, que no era tan eficaz.
Cuando llegaron al hangar tuvieron que dedicar unos segundos a contener a los aliens en una encarnizada batalla hasta que consiguieron sellar la puerta. Esto solo les entretendria durante unos minutos, ya que el acido de esos seres era muy potente. Rapidamente se pusieron a buscar una lanzadera. Por fin encontraron una, pero estaba sin combustible, asi que Faran tuvo que empezar a llenarla.
Finalmente las criaturas entraron al hangar. La nave estaba situada en una de las puertas de acceso, en el morro de la nave estaba la puerta, en los laterales habia dos muros, y en la parte trasera Siel y Kathia disparaban a las criaturas que les tenian rodeados. Las criaturas caian rapidamente bajo el fuego del rifle de pulsos, y un poco mas costosamente bajo el de la pistola de plasma.
Cuando Faran tuvo lista la nave los tres enteraron en la nave y sellaron la compuerta de esta. Las criaturas quedaron atras embistiendo contra la puerta de la nave.
Faran encendio los motores una oleada de fuego arraso a las criaturas. Finalmente la nave despego, pero pronto Kathia se dio cuenta de que los motores estaban gravementre dañados. Las criaturas habian vertido demasiado acido en ellos y no aguantarian muchos minutos.
El tecnico se vio obligado a dar media vuelta buscando un lugar donde depositar la nave y salir de ella antes de que explotase.
Faran por fin descubrio el puente de mando. Era una medida desesperada, pero tendrian que intentarlo. Rapidamente ordeno que se pusiesen unos trajes de tecnico espacial a los otros dos y dirigio la nave hacia el puente de mando del Redentor. La nave se estrello en una fuerte colision contra este. Rapidamente todos los objetos que habia en este salieron al espacio absorbidos. Afortunadamente la nave estaba completamente apagada y navegaba a la deriva, de forma que la destrucion del puente de mando no causo daños al resto de la nave. Eso si, ahora la gravedad artificial podria estar dañada en algunas zonas.
Cuando la lanzadera por fin dejo de moverse Siel abrio la compuerta y, junto a Faran y Kathia entro en la camara de descompresion de esta. Cuando por fin la puerta se abrio la sensacion de la gravedad cero los embargo. Se encontraron flotando a la deriva, y cualquier movimiento brusco mal calculado podia hacerles vagar por el espacio para la eternidad. Los tres se impulsaron hacia la puerta del puente de mando que comunicaba con el resto de la nave.
Tras volver a entrar en otra camara de descompresion (en este caso la que comunicaba el puente con el resto de la nave) la puerta finalmente se abrio, y la gravedad volvio a hacerse patente, lanzando a los tres contra el suelo.
Rapidamente se quitaron los trajes y volvieron a equiparse con sus respectivas armas.
Los gritos de las criaturas volvieron a insertarse en sus oidos. Su intento de fuga habia sido frustrado, y estaban otra vez de vuelta en la nave. Tal vez para siempre...
Entraron sigilosamente y con cautela. Cuando Siel fue a doblar la esquina del camarote encontro a una de esas criaturas de espaldas a el, mirando un armario con satisfaccion. De este provenian unos quejidos de angustia. Siel indico a Faran la situacion. Este se armo con una tuberia (de las cuales abundaban en la nave) y entraron con sigilo para que el alien no les oyese. Era una medida desesperada, pero alguien estaba encerrado en el armario corriendo peligro. Cuando Siel estuvo lo suficientemente cerca le clavo al ser la llave en el craneo y retiro la mano rapidamente para evitar las salpicaduras del acido. La criatura comenzo a contorsionarse y a chillar de dolor y varios gritos salieron del armario. Cuando el estruendo ceso y la criatura dejo de moverse Faran advirtio que los ocupantes de tan fragil escondite podian salir. Un hombre y una mujer salieron de este. El hombre tenia pinta de cientifico. Vestia una bata blanca y portaba unas gafas grandes con cristales cóncavos. La mujer tenia aspecto de ser un alto rango de la nave, pero teniendo en cuenta que tanto Faran como Siel provenian de una nave de rescate no conocian quien era.
La mujer se presento como la segunda oficial a cargo del Redentor, el hombre al parecer era uno de los investigadores del proyecto Aelion, es decir, era uno de los creadores de esas criaturas.
El proyecto Aelion era una investigacion secreta que se les habia ido de las manos. La intencion de este era crear un ser capaz de luchar en combate o de transferir modificaciones mutagenicas utiles a humanos (como por ejemplo la alta resistencia de las criaturas o el acido que despedian como arma).
Cuando fueron a salir del camarote algo golpeo a Siel en la cabeza, dejandolo momentaneamente atontado. La criatura se habia levantado. Era muy siniestro verla en pie con la llave incrustada en la cabeza. Daba la impresion de ser invencible. La criatura lanzo un chorro de acido que alcanzo de lleno al cientifico en la cara. Este empezo a gritar de dolor y su cara empezo a corroerse mientras despedia humo, esto alertaria a los aliens.
Siel enarbolo la escopeta y disparo a bocajarro a la boca del horrendo ser (el sigilo ya no era necesario despues del grito del cientifico), el cual cayo fulminado sin emitir sonido alguno.
Cuando Faran se acerco al cientifico a este le faltaba la mayor parte de la carne de la cara, su craneo estaba ennegrecido y corroido, y lo que quedaba de su piel habia quedado en carne viva. A pesar de la falta de piel y musculos podia adivinarse la mueca de dolor que este habia puesto antes de morir abrasado.
Los tres comenzaron a correr pasillo abajo mientras Faran veia como figuras se acercaban a ellos por los pasillos laterales de forma amenazante. Nunca lo conseguirian.
La mujer (que segun ponia en su chapa se llamaba Kathia) enarbolo un rifle de pulsos y comenzo a disparar hacia las sombras que los seguian de cerca. Rayos azulados rodeados por una espiral mas clara comenzaron a salir a toda velocidad del rifle, emitiendo un ensordecedor ruido. Cuando los rayos impactaban las criaturas caian fulminadas, pero sus congeneres ni se inmutaban, y seguian a sus victimas sin llegar a alcanzarlas como si les divirtiese su sufrimiento, y sin importarles las bajas que el rifle causaba.
Pronto las criaturas acabaron con el juego y empezaeron a lanzarse violentamente contra el trio, los cuales se defendian como podian. Kathia disparaba con su rifle de pulsos, Faran usaba su pistola cortadora, que era una herramienta de tecnico, no un arma en si, aunque resultaba bastante eficaz. Al ser armas de energia no usaban municion, solo debian recargarse cada ciertos segundos. Por desgracia la escopeta de Siel si que usaba balas, y estas eran limitadas, asi que pronto tuvo que echar mano de su pequeña pistola de plasma, que no era tan eficaz.
Cuando llegaron al hangar tuvieron que dedicar unos segundos a contener a los aliens en una encarnizada batalla hasta que consiguieron sellar la puerta. Esto solo les entretendria durante unos minutos, ya que el acido de esos seres era muy potente. Rapidamente se pusieron a buscar una lanzadera. Por fin encontraron una, pero estaba sin combustible, asi que Faran tuvo que empezar a llenarla.
Finalmente las criaturas entraron al hangar. La nave estaba situada en una de las puertas de acceso, en el morro de la nave estaba la puerta, en los laterales habia dos muros, y en la parte trasera Siel y Kathia disparaban a las criaturas que les tenian rodeados. Las criaturas caian rapidamente bajo el fuego del rifle de pulsos, y un poco mas costosamente bajo el de la pistola de plasma.
Cuando Faran tuvo lista la nave los tres enteraron en la nave y sellaron la compuerta de esta. Las criaturas quedaron atras embistiendo contra la puerta de la nave.
Faran encendio los motores una oleada de fuego arraso a las criaturas. Finalmente la nave despego, pero pronto Kathia se dio cuenta de que los motores estaban gravementre dañados. Las criaturas habian vertido demasiado acido en ellos y no aguantarian muchos minutos.
El tecnico se vio obligado a dar media vuelta buscando un lugar donde depositar la nave y salir de ella antes de que explotase.
Faran por fin descubrio el puente de mando. Era una medida desesperada, pero tendrian que intentarlo. Rapidamente ordeno que se pusiesen unos trajes de tecnico espacial a los otros dos y dirigio la nave hacia el puente de mando del Redentor. La nave se estrello en una fuerte colision contra este. Rapidamente todos los objetos que habia en este salieron al espacio absorbidos. Afortunadamente la nave estaba completamente apagada y navegaba a la deriva, de forma que la destrucion del puente de mando no causo daños al resto de la nave. Eso si, ahora la gravedad artificial podria estar dañada en algunas zonas.
Cuando la lanzadera por fin dejo de moverse Siel abrio la compuerta y, junto a Faran y Kathia entro en la camara de descompresion de esta. Cuando por fin la puerta se abrio la sensacion de la gravedad cero los embargo. Se encontraron flotando a la deriva, y cualquier movimiento brusco mal calculado podia hacerles vagar por el espacio para la eternidad. Los tres se impulsaron hacia la puerta del puente de mando que comunicaba con el resto de la nave.
Tras volver a entrar en otra camara de descompresion (en este caso la que comunicaba el puente con el resto de la nave) la puerta finalmente se abrio, y la gravedad volvio a hacerse patente, lanzando a los tres contra el suelo.
Rapidamente se quitaron los trajes y volvieron a equiparse con sus respectivas armas.
Los gritos de las criaturas volvieron a insertarse en sus oidos. Su intento de fuga habia sido frustrado, y estaban otra vez de vuelta en la nave. Tal vez para siempre...
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