Cada día me cruzo con un hombre. El no se percata, siempre junto a la puerta de un supermercado, con "La Farola" en mano y esperando algo, todos piensan que es dinero, que busca algo para comer, dormir bajo un techo o meterse un pico, pero se equivocan. Busca algo más... todos los de su condición lo buscan, aunque ni siquiera se den cuenta. Como cada día, pasé de largo, le vi, y pensé en la putada que se le venía encima, caminé un par de metros más hacia adelante y me detuve. Tenía solo 20 céntimos en mi bolsillo, tenue paliamiento para lo que el padece. Volví la mirada y ahí estaba, con una sonrisa en la cara dirigida a todos los transeúntes de la calle que lo ignoraban, ocultando con ella toda su miseria, imperturbable. Retrocedí aquellos metros que nos separaban y le entregué esos míseros 20 céntimos, no curarán su dolor, pero menos da una piedra dicen.
El 2011 se acaba, y con él, un año de absoluta miseria. Intento convencerme a mi mismo de que el 2012 será un buen año, sin éxito por desgracia. Tengo claro que será peor que el anterior, que estas navidades no serán de alegría y felicidad, de buenos momentos y rememoraciones, pero tal vez, y solo tal vez, este sea el año de algún otro, tal vez de ese hombre, o tal vez de alguna otra persona, tal vez alguien encuentre su felicidad en algún lado y cambie su sino. Tal vez alguien cambie todo eso y comience su nueva vida. Ignorar a ese hombre no era un buen motivo para mirar hacia adelante, pero pensar en que a lo mejor su suerte, o la de cualquier otra persona, si es un buen motivo para seguir mirando hacia adelante y continuar el camino.
-¿Alguna vez has sentido este tipo de presión? ¿Te has visto alguna vez impulsado a hacer esto? -Dijo Nathan con voz calmada.
-Sí, ¡por supuesto que me he sentido así! ¡Trabajo 8 horas diarias en un cubículo sin más contacto que el de un teléfono!, ¡yo también me siento solo, pero tira ya la puta pistola! -Arguyó Owen.
-¡¡Solo!! -Exclamó Nathan. -¡Afirmas con descaro estar solo! Tú llegas a tu casa y te encuentras con una mujer esperándote, con tus hijos jugando, haciendo los deberes o durmiendo. Cuando llegas tiras tu gabardina en un rincón, sueltas la maleta junto al recibidor y te sirves un vaso de whisky mientras charlas con tu mujer sobre cómo fue el trabajo siguiendo las mismas pautas rutinarias que el día anterior. ¡No valoras lo que tienes!, ¡no mereces lo que tienes! -Exclamó Nathan. -Cada mañana me levanto solo en mi cama, ando los mismos siete metros hasta la ducha, con el ruido de los coches retumbando de fondo. Salgo de mi casa y voy a trabajar, donde realizo las mismas tareas cada mísero día. ¡Llego a mi casa 8 horas después y es probable que aún no haya intercambiado una sola palabra! Mis padres han muerto, no tengo familiares cercanos en los que apoyarme, los únicos que conozco comentarían mi muerte solo en caso de leerlo en las necrológicas, ¡y no duraría más de dos minutos! Mis amigos me repudian, los pocos en quien creía poder confiar me han rechazado, o han cerrado sus vidas bajo el manto matrimonial. ¡Mi vida es un infierno!, ¡una película con un único protagonista y sin actores secundarios!, ¡ni siquiera jodidos extras!, ¡un monólogo que nadie escucha!, ¡una canción que no se reproduce! Y la única persona a la que quiero, en quien confío, quien me apoya... ¡desaparece sin más! ¡¡No vuelvas a tener el descaro de afirmar que estás solo!!
-Owen guardó silencio. Una gota de sudor perlaba su frente. Su mente alborotada solo pensaba en salir de ahí de una sola pieza, nada más le importaba. Nathan, su compañero de trabajo, estaba ahí delante, apuntándole con un arma mientras le desnudaba su alma, pero él solo quería escapar de allí.
-Saldremos de esta tío, conozco un bar cojonudo, suelen acudir chicas muy guapas y solteras, estoy seguro de que...
-¡¡No has entendido nada!! -Interrumpió Nathan. -¡Sigues siendo igual de ciego e igual de estúpido!, pero vas a pagar caro tu error... amigo. Apareciste en el momento y el lugar equivocado, y ahora vas a empezar a pagar. -Dijo Nathan mientras apuntaba a la cabeza de su colega.
Owen cerró los ojos con fuerza mientras sus piernas le temblaban. Habría pensado en el breve resumen de su vida, analizando sus logros, pero su cerebro estaba demasiado embotado para siquiera sostenerle en pie sin esfuerzo. De todas maneras no habría llegado a ningún resultado satisfactorio.
Un estruendo martilleó en la cabeza de Owen. Prestó atención en los signos de dolor, pero a parte del lacerante sonido en sus oídos, nada parecía distinto. Con gran lentitud fue abriendo los ojos. Nathan estaba tirado en el suelo, recostado en la pared con la mirada perdida en el infinito y su boca inhumanatmente abierta. Sus sesos esparcidos por toda la pared, y un charco de sangre bañaba sus piernas. Owen tardó unos segundos en reaccionar, una vez aclaró su mente comenzó a vomitar, y justo después llamó a la policía.
Meses después la mujer de Owen le abandonó, llevándose a sus dos hijos, dejando al orondo y calvo padre con deudas que le ahogaban. Tuvo que vender la casa y mudarse al extrarradio, donde no conocía a nadie. Todos sus amigos, los Wright, los Wilson, los Orem... ahora era un pobre divorciado, sin nadie a quien acudir, no tenían nada que tratar con él, era simplemente patético, un fracaso...
Seré breve y poco metafórico. Es enormemente curioso, es la primera vez en mis pocos años de vida que estoy así. Todo estaba nublado, no podía ni pensar de tanto que me atribulaba y, de repente, "click", todo estaba claro, todo, ese tema y todos los demás. Supe como reaccionar en ese momento, lo que debía hacer exactamente. Y no solo eso, supe quien quería ser en mi vida, estaba orgulloso de mí, de todos y cada uno de mis actos, de mis pensamientos, de mis logros y decepciones. Orgulloso de ser jodídamente imperfecto, de sufrir y de sentirme contento. Ha sido toda una revelación. Un viaje introspectivo en toda regla. Ahora se como debo reaccionar en estos momentos. Y aunque se que pronto me olvidaré, pronto volverán las tribulaciones, también se que, de la misma forma que he llegado a una meta, aun quedan muchas carreras que correr, y que a pesar de hallarme perdido, ahora se que hay una meta, y Dios, como me alegro de que la haya. Muy brevemente y a sabiendas de que muy pronto desaparecerá, puedo decir orgulloso que he encontrado paz.
La ansiedad presionaba cada pequeño fragmento de mi cuerpo, agonizante y a la vez pletórico y lleno de vitalidad por volver a verla. Entré en casa, tiré el maletín junto a la entrada, la luz de la luna y la ciudad se entremezclaban, fundiéndose en un único haz, destellando y filtrándose por los recovecos hasta incidir en la forrada cubierta azabache del pequeño maletín, dotándole de un curioso efecto plateado, magnífico y a su vez caótico y deformado. Corrí hacia el salón. El ventanal seguía emitiendo ese resplandor extraño por toda la habitación. Podía verse toda la ciudad desde aquella habitación, tantas vidas, y ninguna con aquella preciosa posesión. Aquel ente que provocaba que mi cuerpo se estremeciese de placer, que se agitase virulentamente. Busqué mi preciada posesión, mis ojos desesperados por encontrarla.
Allí estaba, reposaba en el sofá. ¡Cuánto la había echado de menos! Estaba parecía haber estado esperándome todo aquel tiempo. Dios, ¡cuánto la había echado de menos! Recogí la joya, una pequeña esfera dorada con un enorme cristal en su interior. ¡Cuántas veces me habían reconfortado sus destellos azules!, provocaban en mi una sensación de absoluto placer y confort, me proporcionaba todos y cada uno de los sentimientos y emociones que necesitaba, cada sensación de exquisito placer, rozando lo obsceno y a su vez lo divino e inmaculado. Mi dependencia de aquella joya era innegable, maníaca y desesperada. La necesitaba de continuo, cada segundo sin ella era agonía que solo paliaba al dedicarle mis más oscuros y enterrados pensamientos.
Pero esa noche había algo raro. Me percaté pronto, no sin cierto grado de asombro de que el cristal había cambiado. Sus destellos azules de pureza se habían tornado en deformes rayos verdes, no carentes de belleza, pero sí de la anterior esencia... algo había cambiado en la joya, en mi joya. Acuciado por la necesidad obvié tan destacado detalle, la apreté contra mi pecho, la acaricié y admiré con anhelo, con deseo, con codicia y con demencia. Esperaba sentir de nuevo todas esas emociones, todos esos placeres, ansiaba saciar todos mis anhelos. Sin embargo, no obtuve sino dolor, agonía en mi interior, mi cuerpo y mi mente ardían en una espiral de fuego, laceraba mi espalda, retorcía mi cordura, quebraba cada hilo que me unía a la realidad. Solté la gema y esta cayó al suelo. Pude notar su odio, su desaprobación, su desagrado hacia mi persona. Era tangible, podía tocar todos esos sentimientos, palparlos, acariciarlos y retorcerme en ellos. Mis ansias pudieron a la cautela, y recogí de nuevo mi anhelada joya. De nuevo azotó cada fibra de mi cerebro, cada resquicio de cordura, me destrozaba por dentro, pero seguía aferrándola con todas mis fuerzas, deseando que su tono azul volviese y sanase las heridas, que me hiciese gozar más que ninguna otra droga que hubiese tomado, pero de hecho incrementó la intensidad del dolor provocado.
En mi mente se formó la idea de arrojarla por el ventanal, pero una insana idea brotaba de mi subconsciente, de mi oscuridad. La idea de aferrarla y guardarla para mí. Era solo mía, nadie debía poseerla, solo yo, nadie más... no... solo yo. Arrojé la piedra por la inmensa ventana, haciéndola añicos. Cayó al vacío de la ciudad, el estruendo del cristal resonó en el eco del nocturno cielo, pero yo solo podía oír como mi amada posesión se alejaba. La perdí de vista, un vacío en mi interior, y a su vez una sensación de alivio por haberme librado de semejante agonía.
Nunca supe el porque de ese cambio, pero todavía recuerdo ese brillo azulado, titilante y a su vez cegador. Todavía me despierto entre sudores, adorándolo, anhelándolo, necesitándolo tan profundamente. Después de tantos años, aún su recuerdo rememora la sensación de placer, como cuando consigues la heroína que tan preciadamente buscas, cuando la aguja penetra la frágil vena e inyecta ese gramo de muerte que tu cuerpo tanto necesitaba.
Tiramos de nuevo de la mejor hora de escritura bloggera, la madrugada. Bueno, que decir con respecto a mi indignación. Desde luego es ultrajante como la tontería de los mercados se extiende como un virus terminal por todo aquello que toca. He descubierto recientemente que uno de mis profesores, un neurólogo español de prestigio, recibió una subvención bastante sustanciosa que habría de cubrir su investigación y la preparación completa de los alumnos a su cargo, así como un desarrollo de los métodos de enseñanza a los mismos. Por lo que parece se le "olvidaron" estos dos últimos puntos.
Esto no es más que un mero y absurdo ejemplo de nuestro aclamado estado del bienestar, que se ve ridiculizado por nuestro tema mucho más candente.
Nuestro precioso sistema capitalista nos arrastra poco a poco, pero de forma inexorable, a la completa ignorancia y a un ofrecimiento absoluto de nuestro ser al fatídico papel de marionetas, si es que no hemos llegado ya a este estadío. Otro curioso ejemplo es la revuelta libia que suscita gran debate cuando te molestas en informarte al respecto de ella. Se sospecha que la revuelta prodemocracia en Libia comenzó causada por mercenarios pagados por los EE.UU. de América. Por supuesto, es un hecho que Gadafi no fue el único que realizó bombardeos a objetivos no-militares en Libia, pero por supuesto eso no lo retransmitirán en RTVE. Finalmente, no puedo hacer otra cosa más que condenar el descaro que supone una operación militar organizada por la OTAN cuyo objetivo es el asesinato de una persona, y encima publicando un cadáver a lo largo y ancho del globo. ¿Derechos humanos? Me dirá usted donde...
No me malinterpreten, por supuesto no puedo defender los actos cometidos por el ex-dictador Muamar el Gadafi, y los condeno como el que más, pero me parecen igual o incluso más reprochables los actos que el Imperio del tío Sam. Por supuesto, ni que decir tiene que la conclusión de todo este incidente es el reparto propio de buitres del petróleo Libio, por el cual ya se están dando de palos, y me da vergüenza decir que nuestro país se encuentra entre los carroñeros, aunque por supuesto no recibiremos ni una gota del oro negro, lo cual, por desgracia, no trae consuelo ni redención por el futuro que le espera al pueblo libio.
Y por supuesto esta situación se ha dado ya en Irak, Irán, Afganistán...
¿Cómo no?, el mundo musulmán siempre estará sumido en esa dimensión oscura de la que los atentados terroristas, las lapidaciones y demás actos terribles son la única información que nos llega. Por favor, desde luego, ¡menuda una sociedad más bárbara y cruenta la musulmana! A ver si aprenden de nuestros libres y gloriosos Estados Unidos de América, que solo se dedica a manipular los medios de información, ejecutar penas capitales, sangrar a su sociedad hasta para curar una gripe, expulsar por la fuerza a toda aquella persona en busca de una vida mejor (estos malditos inmigrantes... parecen una plaga. Eso sí, nosotros cuando vamos allí no lo somos, puesto que somos Eurozona, y claro, eso nos confiere unos derechos humanos que el resto del globo no merece).
Y bueno... como tengamos que hablar de los conflictos entre los "pobres" israelitas amparados por el tito Samy y esos decadentes y musulmanes palestinos o los planes de ajustes económicos Merkelianos provenientes de ese núcleo y centro de mando europeo que es Alemania, al cual hay que rendir culto y obediencia, es probable que acabe con la boca rebosando mierda.
Señores, ¡permítanme que les la bienvenida a nuestro glorioso y perfecto ESTADO DEL BIENESTAR!
Tras medio año de forzada inactividad debido al error que blogger sufrió una noche, y que me dejó con mi cuenta bloqueada y condenada a las penurias de no poder ser fuente de lectura, por fin alguna aburrida persona se dio cuenta de este pequeño detalle y lo ha subsanado, contando por ello con mi eterna gratitud. Y dicho esto, comenzamos con el insano hábito de perder horas de sueño para escribir relato tras relato, una cosa aun más absurda que las anteriores (y mira que las primeras entradas son absurdas y moñas que te cagas...).
No obstante, he hecho repaso por las entradas ya de paso, y tengo que corregir un sinfín de tildes que dejé escritas con un teclado que no me permitía ponerlas, y he visto muchas entradas calamitosas que marcan una época de mi vida tremendamente pastelosa y patética con todas las letras, no he podido sino sonreír y dejarlas, puesto que conforman una época curiosa de mi vida, y mi inicios en la escritura nocturna y en las excreciones mentales.
Dicho esto, abrimos el telón para una tercera temporada cuyo estilo va a quedar como está, sin un solo cambio a excepción de la temática y la forma de las entradas. ¡¡Bienvenidos todos otra vez!! ;)
Corrupción, desaliento, pobreza, maltrato, desigualdad, falsa democracia... Muchas son las razones que nos sumen en la miseria y por las que deberíamos protestar, pero sin embargo las movilizaciones son insuficientes, la protesta escuchada minoritaria y la hipocresía de los colectivos relativamente importantes y conocidos es absoluta.¿Significa eso que debamos rendirnos? ¿Que debamos ceder nuestra libertad a aquellos que quieren arrebatárnosla por la fuerza mediante actos que minan nuestra moral?Bueno, esta vez dejaré que vosotros mismos contestéis la pregunta. No intento que penséis como yo, sino que penséis. se es el objetivo, esa es la razón que nos hace humanos y libres ante esta sociedad. Yo afirmo que se debe luchar, que debemos luchar, y que desde luego lucharemos. Tal vez haya llegado el momento en que nuestro mundo cambiará, tal vez haya llegado la hora en la que hombres, mujeres y niños salgan a la calle y luchen por su dignidad y sus derechos, el momento en que no habrá más gobierno que el del pueblo, ni más justicia que la que anida en nuestra alma... Nuestro momento.
Tras un cierto tiempo de inactividad debido a los errores de blogger, de nuevo puedo volver a publicar entradas, y como no, esta debía estar dedicada al increíble movimiento que se formó recientemente en Sol. Todo comenzó con la manifestación del 15 de Mayo del movimiento "¡Democracia Real Ya!", tras unos supuestos disturbios en los cuales nuestros amados protectores de la seguridad ciudadana, los anti-disturbios, se dedicaron a barrer y limpiar a toda persona contenida en su radio de visión de 145º aprox. Barrieron manifestantes, barrieron a gente no implicada, barrieron a turistas, barrieron a unas chicas que iban de fiesta por la noche, barrieron a menores de edad y, por supuesto, barrieron de nuevo el respeto de la ciudadanía por las fuerzas de seguridad. El caso es que curiosa y opuestamente a todas mis expectativas, la improvisada sentada de Sol triunfó con un éxito abrumador y con una fuerza arrolladora, y con réplicas de similar magnitud en los núcleos de población, no solo de España, sino también de toda Europa. Su organización fue ejemplar, y la actuación de los acampados intachable, no obstante, sufrimos una cobertura claramente negativa de los medios de comunicación (como no), demasiado abstraídos sus dirigentes con sus exacerbados lujos como para apoyar una iniciativa popular. Aun así por una vez en mucho tiempo el pueblo ha despertado, y ha despertado con una sorprendente fuerza. Esta vez, seremos nosotros los que barramos la corrupción y las injusticias de nuestra sociedad. Ahora Sol comienza a decaer, sus acampados están exhaustos, y los ideales ya han sido difundidos, pero le ha llegado el turno de luchar al resto de España. Asambleas de barrio han sido convocadas a lo largo y ancho de nuestro país, Sol ha dejado el listón muy alto, pero estoy seguro de que si nos unimos conseguiremos sobrepasarlo con creces. Tal vez este sea el colofón final de nuestra protesta, o al menos, deberemos luchar, y estoy seguro de que lucharemos, con todas nuestras fuerzas, hasta la extenuación, por un mañana mejor.
Es difícil contener las lágrimas al ver los sucesos acaecidos la tarde de ayer a las 19 horas. Familias enteras se han visto desoladas y durmiendo en el raso, muchas de ellas rezando por sus heridos, y aun más desgraciadamente, unas pocas despidiéndose de ellos. De nuevo se plantea ya como un hecho bastante claro el estado en que hemos dejado a un planeta que agoniza, y que aun nuestros líderes niegan poder ver. No obstante, hoy no es un día de protesta, sino un día de solidaridad, de apoyo a nuestros vecinos lorquinos y a todas las víctimas que ha dejado este funesto suceso.
Son estas horas en las que verdaderamente nos damos cuenta de la magnitud de nuestros actos, de las terribles causas que dieron lugar a un Haití desolado y a un Japón abatido. Hoy la tragedia nos toca a nosotros, y por desgracia somos muchos los que pensamos que sin un milagro las cosas irán a peor. Pero hasta en estos duros momentos, nuestro pueblo, y todos los pueblos de este mundo, debemos permanecer unidos. Debemos ayudarnos unos a otros y ofrecer una muestra de solidaridad, una muestra de apoyo, una unidad que ha de caracterizarnos como pueblo y como seres humanos.
Hoy la empatía y la solidaridad españolas se ponen a prueba. Espero con todo el dolor y a la vez con toda mi esperanza que pasemos la prueba. Hoy es un día en que cada español y cada persona debemos permanecer unidos y debemos apoyarnos mutuamente, trabajando porque los sucesos ocurridos sean pronto un suceso relegado al pasado.
Hoy he presenciado el nacimiento de un nuevo blog, dedicado a la protesta social y a la movilización. Aunque mi primer pensamiento ha sido que es algo muy difícil de lograr, a continuación he pensado que tal vez no esté todo acabado, que tal vez en el partido aun hay jugadores dispuestos a luchar.
Me da que pensar y me alegra el hecho de poder ver que no estamos solos, que sigue habiendo contendientes listos para la batalla, efectivos que no se rendirán hasta que el último aliento huya desarraigado de su morada.
Por eso os pido, que todos aquellos que aun tengan fuerzas, que piensen que lo impuesto no es definitivo ni único, que existe una elección, sigan luchando, con todo lo que tienen. Uníos en un grito social, en un aullido del planeta, hagamos que la masa se convierta en judicatora y ejecutora, que la ley tenga un fundamento común para todos, y no beneficie a una minoría, que la justicia se imparta justamente (que haya justicia, pero no justicieros), que la autoridad sea firme y luchadora, orgullosa como el gallo, fiera como el león, imparcial como la dama justicia, tal vez llegue un día en que el ser humano se rinda definitivamente y rubriquemos su futuro con la sangre de su caídos y las imposiciones de sus traidores, pero hoy no será ese día, pues mientras exista gente dispuesta a luchar por sus ideales, aun habrá esperanza, pues el amanecer es siempre una esperanza para el hombre.
Hombres y mujeres de todas las culturas, edades y colores de piel... ¡¡Ha llegado el momento de luchar!!
Antes de comenzar a leer esta entrada recomiendo poner en funcionamiento la canción que se encuentra abajo para una mayor profundización en el tema que intento tratar. Gracias y lo siento de veras por el lector de antemano.
Aquí estamos de nuevo, comprobando la cantidad de cosas absurdas que nuestro nuevo Dios, internet, ha de ofrecernos en su inmensa gloria y conocimiento. Sobra decir que por supuesto soy el primer adicto a esta droga que satura nuestras mentes con bovinos conocimientos típicos de un ente aletargado en su miseria (De nuevo comenzamos con el festival de miserias, danzando por el blog y garabateando en virtual tinta las abominaciones literarias más grotescas que un ser ligeramente pensante y sapiente pueda siquiera concebir).
Sin más dilación me predispongo a contribuir un poco más a este cúmulo de ilógicas ideas con esta entrada y con la propagación de una canción grotesca donde las halla capaz de eliminar cualquier retazo de inteligencia que se aferre a las paredes de nuestros huecos cerebros.
Básicamente, y aunque escrito con retales de humor, pretendo hacer con estas absurdas ideas, dignas del género vanguardista mas dadaista (pido perdón por las posibles molestias) que en la Tierra ha sido escrito, una crítica a la absorción de inteligencia que está sufriendo nuestra sociedad (véase Telecinco, Sálvame, Intereconomía (de nuevo pido disculpas por las molestias)).
Sin duda nuestros ídolos sociales y culturales merecen una muy honorable plaza en los mejores centros de atención de minusvalías psíquicas. Espero algún día poder ganarme un puesto entre ellos con estas absurdas excreciones ideológicas.
It all began on a Saturday afternoon. The sun was still shining, it's rays crossing the sky, painting it with red and orange. I was walking through the empty streets of Cork when it happened, the course of my destiny was about to change abruptly. My life as I knew it was ended, changed for something much more, how to say it...
There it was, the broken mirror that changed it all. I stared at it with the innocence of the one unawared of what fate has in store for him. I took a piece that seemed beautiful to me, completely circular.
When I was in bed that fateful night I saw some kind of smoke escaping out of my jacket. It was pale green, distorted, and it moved in a way that gave me the sensation of being alive. I saw it with a face of curiosity. Oddly, I had no fear; in fact, I deserve every night that I 'd had fear, that I had run away of it, screaming and crying, but nothing of that happened. The smoke approached to me, hesitating in its way. In response, I stood up too and walked towards it. The smoke gained speed, and it began to circle around me, still accelerating. I was looking at it mesmerized when, suddenly, it stopped, and with the velocity of a lightning, it struck in my chest, throwing me to the other corner of the room, and the only thing I saw then was darkness all around me.
Two years have passed, but nothing have been the same since that night. Now I cannot walk over the streets when night comes. Have you heard stories about werewolves?, all the stuff of the full moon? Well, it's all false. It's just matter of night. When the sun goes out it just... happen. But one thing is true, the pain when transforming, the horror of the beast, and the violence of this one, all these facts are completely real.
Now we are a community, some of us cursed, others just bitten, but anyway, we all are exiled, pursued by the Church because of our condition, but one thing is sure... we will rise, maybe tomorrow, maybe in a hundred years, but the world will be ours and nothing will stop us then.
