sábado, 8 de agosto de 2009

El Portador de la Muerte 1

El universo esta adaptado de "Alien", pero los relatos son inventados:
Farán estaba recostado contra los cajones metálicos, tras la larga carrera perseguido por el alien tuvo que detenerse en uno de los conductos secundarios del pasillo principal del Redentor, que por aquel entonces vagaba a la deriva en el sistema Sienor.
Repentinamente, las luces de la nave empezaron a apagarse lentamente, una por una, a traves del pasillo y en su dirección. Pudo notar como su respiracion se aceleraba, parecía que su corazón fuese a salírsele del pecho.
Trató de tranquilizarse, pero su detector de movimiento comenzó a emitir un intermitente sonido a veinte metros... mal momento para tranquilizarse.
El punto luminoso se iba acercando, por aquel entonces ya no quedaba ninguna luz, de forma que Faran encendio la linterna de neón y enfocó al fondo del pasillo, por desgracia, la luz solo abarcaba unos pocos metros. La luz se iba aproximando, quince, diez, cinco metros, entonces el punto estaba situado en su posición, no lo entendía, ¿estaría estropeado el detector?
Notó una respiracion helada y gutural en su nuca, demasiado tarde comprendió que los conductos de ventilación estaban en el techo de la nave.
Lentamente Farán se dio la vuelta, intentando no realizar ningun movimiento brusco, y se topó con una cara alargada y negra, con una boca extensa y afilada, de la cual goteaban numerosas gotas de lo que parecía ser un ácido. El alien colgaba del techo, boca abajo, sutilmente y de forma inhumana. Si no fuese porque sus pies estaban pegados al suelo habría pensado que la tecnología de gravitón de la nave se había averiado.
Rapidamente echo a correr en direccion contraria, pero tropezó con una de las tuberías de gas del suelo. El alien se aproximaba lentamente sobre sus cuatro patas, su negro y estilizado cuerpo habría parecido hasta esbelto si no fuese por la terrible situación en la que se encontraba, cuando el alien se disponía a lanzarse a por su presa, un estruendoso sonido, y acto seguido una rafaga de balas atraveso al ser. Cuando Farán pudo reaccionar vio a Siel con una escopeta tras el alien, le había salvado la vida, pero al enfocarle con la linterna distinguió una ingente cantidad de siluetas a su espalda, y demasiado tarde comprendió que aquellos seres no permitirían que se difundiese por la galaxia el secreto de su existencia.

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